REGISTRO DE VIZCACHAS EN EL SUR DE SANTA FE

REGISTRO DE VIZCACHAS (Lagostomus maximus)
EN PAMPA DE LAS LAGUNAS, SUR DE SANTA FE, ARGENTINA




Ignacio M. Barberis 1,2, Marcelo Romano 3, Eugenia Montani 4, Candelaria Cordini 1,5
y Enrique J. Derlindati 6
1 Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de Rosario, Campo Experimental Villarino,
C.C. 14, (2125) Zavalla, Santa Fe, Argentina.
2 Instituto de Investigaciones en Ciencias Agrarias, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
3 Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Ambiente (ECOSUR), Pje. Sunchales 329,
(2000) Rosario, Santa Fe, Argentina.
4 Museo Provincial de Ciencias Naturales “Dr. Ángel Gallardo”, San Lorenzo 1949, (2000) Rosario, Argentina.
Correo electrónico: euge_montani22@hotmail.com
5 Secretaría de Medio Ambiente, Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente de la Provincia de Santa Fe,
Santa Fe, Argentina, Montevideo 970, (2000) Rosario.
6 Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de Salta, Avda. Bolivia 5150, (4400) Salta, Argentina.


RESUMEN 
La vizcacha (Lagostomus maximus) (RODENTIA: CHINCHILLIDAE) es un roedor de hábitos nocturnos, que habita en colonias de varios individuos. Se considera que a principios del siglo XX sus poblaciones se habrían extinguido de la región pampeana del sur de Santa Fe. En un relevamiento reciente de la mastofauna del área conocida como ‘Pampa de las Lagunas’, detectamos la presencia de dos madrigueras activas. Realizamos una breve descripción de estas madrigueras, destacamos la importancia de su registro y planteamos la necesidad de revisar la legislación vigente para favorecer su conservación.




RESULTADOS
En enero de 2012, registramos por primera vez una vizcachera al sur de la localidad de Maggiolo, siendo relevada nuevamente en enero de 2015. La misma está ubicada en un antiguo médano que separa dos lagunas; los suelos son Hapludoles énticos, de textura ligeramente arenosa, con permeabilidad moderadamente rápida (Mosconi et al., 1981), lo cual favorece la actividad de las vizcachas. La vizcachera tiene aproximadamente unas 100 bocas de entrada y se extiende
por más de 230 m a lo largo del médano.
En octubre de 2014, en las cercanías de Christophersen visitamos una vizcachera ubicada en
una pequeña elevación entre una laguna y un bañado. Los suelos donde se ubica esta colonia son Hapludoles thapto nátricos con permeabilidad reducida (Mosconi et al., 1981). La escasa elevación del terreno y la cercanía a los cuerpos de agua hacen que la napa freática se encuentre muy cercana a la superficie. Debido a esto, la profundidad a la cual las vizcachas podrían excavar
no superaría los 80 cm. Esta vizcachera abarcaba una superficie de 9.571 m2 y presentaba más de 200 bocas. En ambas vizcacheras registramos fecas y huellas, señal de la actividad de estos animales, y colectamos cráneos y huesos que fueron ingresados a la colección del Museo Provincial de Ciencias Naturales “Dr. Ángel Gallardo”.



DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los entrevistados manifestaron que las poblaciones de vizcachas, otrora abundantes, comenzaron a desaparecer del área de estudio hace ya muchos años. El hallazgo de sólo dos colonias de vizcachas en toda el área estudiada confirma el marcado declinamiento de sus poblaciones en la región. Estas colonias están en peligro ya que se registró ‘in situ’ la presencia de trampas de lazo que habían sido emplazadas para su captura, las cuales fueron removidas durante el relevamiento. Además, de entrevistas con pobladores locales surge que las vizcachas no sólo son cazadas para consumo humano, sino también para alimentar perros domésticos (O. Martínez, com. pers.).
Dada la facilidad de movilización y reintroducción de poblaciones de esta especie (Ferreyra et al., 2007), cabría la posibilidad de que estas poblaciones hubiesen sido reintroducidas a partir de individuos traídos desde otras áreas. Al menos para el sitio VC, esta posibilidad sería muy baja dado que los pobladores locales manifiestan la existencia de la misma desde hace más de 60
años (O. Martínez, com. pers.). Si este no fuese el caso, entonces las mismas podrían considerarse poblaciones relictuales; no obstante, para dilucidar este aspecto habría que realizar estudios genéticos de las poblaciones. Consideramos que la reducción poblacional e incluso su desaparición de algunas áreas del sur de Santa Fe se debería a la combinación de varios factores. Por un lado, la intensificación de las actividades agrícolas condujo a la utilización de todos los sectores de tierra alta disponibles, sin dejar lugar para las especies de fauna que utilizaban esos ambientes. Esta fragmentación y reducción poblacional hace que hoy sean muy sensibles a cambios catastróficos del ambiente (e.g. inundaciones). Por otro lado, lo apreciado de su carne (escabeches y conservas)
y de su cuero hace que sea cazada activamente en toda su área de distribución (Jackson et al., 1996; Gómez Villafañe  un recurso alimenticio importante para las comunidades locales más empobrecidas (Ferreyra et al., 2007). Finalmente, al igual que en otras ecorregiones, es perseguida por ser considerada plaga de la agricultura, por competir con el ganado y por arruinar los campos con sus madrigueras, sin conocer la verdadera incidencia de estos roedores sobre las actividades agrícolas (Bonti et al., 1999; Chebez, 2009; Pereira y Quintana, 2009). En este sentido, estudios controlados han demostrado que la incidencia de daño de la vizcacha sobre cultivos (soja) es menor y estaría condicionado a la extensión y ubicación del lote (Navarro et al., 1997). Por ende, si comparamos los costos y beneficios de erradicar este roedor versus los de su uso sustentable, consideramos que este último es una alternativa para la resolución de conflictos en el manejo de la especie.
Desde hace muchos años esta especie ha sido decretada Plaga Nacional de la Agricultura (Ley Nacional Nº 4.863- Art. 2º, en el año 1905; Llanos y Crespo, 1952). Esta situación legal a nivel nacional se mantiene hasta la fecha, y más aún, diversas provincias tienen planes oficiales de lucha para su control (Bruggers y Zaccagnini, 1994). En Santa Fe, fue considerada plaga provincial por
Ley Nº 4.390/54, derogada en 2008 por la Ley Nº 12.923 (no reglamentada). Por esto, actualmente la vizcacha no puede ser cazada en el territorio provincial ya que no es considerada una plaga. Dada la situación poblacional de esta especie consideramos que debería trabajarse en la legislación a nivel nacional, ya que de continuar la caza como método de control probablemente continúen las extinciones locales, lo cual podría conducir a la extinción generalizada.
La importancia de estos nuevos registros radica en que cualquier nuevo hallazgo de una especie considerada extinta a nivel local no sólo aumenta la diversidad del área, paisaje y región, si no que se recuperan tramas funcionales que aportan a la integralidad del sistema (e.g. complejización de redes tróficas). Esto cobra mayor importancia en el caso de la vizcacha que es considerada una especie ingeniera del ecosistema (Branch et al., 1999; Chebez, 2009). A su vez, estos nuevos registros constituyen, una oportunidad para la revisión de legislación ya obsoleta y fuera de contexto.
Por último consideramos que debería trabajarse en pro de la conservación de estas vizcacheras, así como en el relevamiento de otros posibles sitios y en la resolución de los potenciales conflictos con las actividades productivas.





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